Senderos del camino de Santiago que, según cuenta la leyenda, vieron pasar al mismísimo Apóstol en su camino a Compostela.

Senderos entre los que la gente transita inadvertidamente entre caseríos que portan nombres como Botika, que en sus tiempos conformaría un lugar de aprovisionamiento a pie del camino a Santiago. O Ballestanea, que bien podría hacer referencia a las ballestas de los carruajes, o a un taller de construcción de armas.

Sea como fuera, por estos lugares se respira tranquilidad. Es un remanso de paz junto a la ciudad.
Unos caminos que acceden al santuario de Nuestra Señora Guadalupe, auténtico icono de la ciudad, de gran devoción por los arrantzales y baserritarras, y a quien los hondarribiarras agradecen cada año su ayuda para superar el más famoso de los sitios de la ciudad ,el de 1638.

En la ermita de Santiagotxo convergían los dos accesos al camino de Santiago, el de los peregrinos que llegaban a través de vado que se abría en el río, por el arrabal de los pescadores y su ermita de la Magdalena, que hoy conocemos como La Marina; y otros por la costa, navegando por marismas hasta la ermita de Santa Engracia.

Al parecer, una de las teorías sobre la procedencia del nombre de Arkolla para el barrio, proviene de esas argollas en las que se sujetaban los barcos en los tránsitos a través de las marismas.

Jon nos prepara también un plato de otoño, unas pochas de temporada con codorniz con dos texturas, una de guiso y otra de brasa.
Jon Ayala
Laia Erretegia
Hondarribia